Permítenos presentarte a Chiara Colombo: Directora de SEO, editora y nómada digital de Abiby. De Tenerife a Indonesia, Chiara viaja como mochilera por todo el mundo y sólo el viento puede decirnos dónde estará la próxima vez.
Hola Chiara, cuéntanos: ¿qué significa para ti formar parte del equipo de Abiby?
Realmente me uní a Abiby justo al inicio, cuando Mario y Luca, los cofundadores (y amigos que conozco de Berlín y nuestras experiencias en Rocket Internet) estaban desarrollando la idea. Nos conocimos cuando Abiby todavía estaba en “work-in-progress”, pero tenían muchas y emocionantes ideas. Desde entonces he visto cómo se ha ido desarrollando la idea de la marca y expandiendo el equipo. A pesar de trabajar de forma remota la mayor parte del tiempo, siempre ha sido una gran satisfacción volver periódicamente a las oficinas de Milán y sentirme acogida en la familia Abiby, ver crecer al equipo y trabajar juntos cada día por los ideales que nos distinguen.
Eres un nómada digital, ¿qué no puede faltar en tu mochila?
Obviamente, todos los dispositivos tecnológicos que hacen posible mi trabajo: desde un portátil que funcione, hasta auriculares, varios cargadores y teléfonos con puntos de acceso a internet para estar siempre conectados. Por lo demás, vengo de un pasado como mochilera a la aventura: me gusta viajar ligera, con poca ropa y que sea versátil, y productos 2 en 1 que ahorran espacio. Ah, y por supuesto con mi Kindle, para tener siempre conmigo mis libros favoritos.
¿Cómo concilias el trabajo con tu pasión por viajar?
Tengo un gran sentido de la responsabilidad y siempre he sido una organizadora nato: desde listas To-Do con las tareas pendientes hasta calendarios llenos de citas. Me es “fácil” organizar mi tiempo de manera eficaz. Por eso organizo mi jornada laboral priorizando las actividades más importantes y adaptando las actividades de viaje que me hacen sentir libre y viva. Por ejemplo, ahora estoy en Tenerife y estoy aprendiendo a escalar: trabajo todas las mañanas y dos tardes a la semana me encuentro con un entrenador que me enseña los trucos de este deporte.
¿Recuerdas todos los lugares que visitaste? ¿Cuál ha sido el más bonito?
¡Ciertamente recuerdo todos los lugares en los que he estado! Un pedazo de mi corazón permanecerá para siempre en Nicaragua, en ese momento estaba haciendo un viaje de mochilera y aún no trabajaba online, así que me ofrecí como voluntaria en un fantástico albergue en medio de la selva, ubicado en una casa en un árbol. Cuando comencé a trabajar de forma remota, pasé un período muy largo en el sudeste asiático: mis lugares favoritos fueron sin duda Vietnam, donde compré una motocicleta y viajé por todo el país, y Bali, al que llamé “hogar” durante casi 6 meses, compartiendo una loca villa frente a los arrozales con otros nómadas digitales como yo.
¿Qué recomendarías a quienes quieran convertirse en nómadas digitales? ¿Por dónde empezamos? ¿Hay algún compromiso que hacer?
Para irse, sin duda se necesita un poco de espíritu aventurero y ganas de explorar y aprender, pero también tener una sensación de despreocupación que te haga tomar lo inesperado con una sonrisa: desde tener que comprar una tarjeta SIM del país en el que te encuentras hasta la gestión administrativa (no sé qué haría sin mi contable). También hay que tomar conciencia de que cada día es diferente y hay que adaptarse a veces: no siempre me alojo en un Airbnb de súper lujo sino que también he vivido a menudo en B & Bs, hostales ¡y últimamente también en furgonetas tipo camper! El mayor compromiso es el afecto: a menudo tienes que despedirte de las personas que conoces mientras viajas y esto puede doler, y la nostalgia a veces llama a la puerta. Pero a pesar de esto, estoy feliz y consciente de mi elección, ¡y nunca lo cambiaría!
¿Tu día típico? Entre reuniones y… ¡cuéntanos más!
Como dije antes, cada día es diferente cuando viajo, pero mientras trabajo siempre trato de crear una especie de vida y rutina, para tener estabilidad y organizar mis días. Suelo levantarme y empezar el día con actividad física, ya sea correr, hacer yoga o hacer ejercicio, me gusta activar mi cuerpo y ponerme en movimiento. ¡Luego café, desayuno y trabajo! A veces trabajo desde el apartamento que he alquilado, otras veces voy a un coworking, otras veces me siento en un bonito café con vistas al mar. El día termina intentando captar los últimos rayos del sol mientras contemplo la puesta de sol. Tiendo a no tener vida social durante la semana, me gusta acostarme temprano con un libro o ver películas con mis compañeros de viaje.
¿Cómo es la rutina de belleza de una chica con mochila al hombro? ¿Tienes un imprescindible sin el que no puedas viajar?
¡La consigna es ciertamente minimalismo! Vuelvo a ser fan de los jabones para limpiar el cuerpo, sobre todo los naturales y neutros: son perfectos para mi piel que se seca con facilidad. Y, por supuesto también hay una barra de champú sólida en la mochila, que no solo no ocupa mucho espacio, sino que también es una opción sostenible para el medio ambiente. Otros imprescindibles: protector solar, limpiador facial y humectante facial versátil para el día y la noche. Afortunadamente, me bronceo con facilidad, por lo que casi no uso maquillaje desde hace un tiempo, solo para ocasiones especiales.
